15 Abr El desenamoramiento

DESENAMORAMIENTO

El desenamoramiento comienza en un periodo entre los seis meses a los tres años después de iniciada la relación. Esto no indica que las personas no se amen sino que pasan a otra categoría de la vida en pareja.

Cómo detectarlo? Cuando comienzan a aparecer conflictos, problemas sexuales o las manifestaciones amorosas cotidianas comienzan a hacerse menos usuales, son indicadores de que “las cosas ya no van tan bien como antes”.

 

El fin del amor puede depender de una convivencia monótona y aburrida, de expectativas no cumplidas, de que el tiempo es insuficiente para compartir con el otro y brindarse placer mutuamente, de las ofensas de la pareja o de personas cercanas a la misma, de que se evidenció un flirteo amoroso hacia otra persona, la existencia del maltrato físico o psicológico, la desconfianza e infidelidad, el abuso de sustancias adictivas, las enfermedades biológicas o psicológicas, los caracteres inestables o la inmadurez de la personalidad. Cuando cualquiera de estas razones se hace permanente en el tiempo, indiscutiblemente, llevan a la pérdida del romanticismo y al rompimiento de los lazos amorosos que unen a la pareja, dando paso a las expresiones voluntarias o involuntarias de desenamoramiento.

 

Algunos especialistas afirman que estas manifestaciones son más conocidas como los síntomas del desenamoramiento:

 

– Pérdida de la alegría que significaba la llegada de la pareja.

 

– Disminución de las fantasías placenteras con la pareja y, la aparición de escenas agradables con terceras personas.

 

– Ausencia de muestras de cariño, elogios, regalos.

 

– Desatención de las necesidades espirituales, sexuales, económicas, domésticas o físicas de la otra persona.

 

– Evitación del contacto corporal o emocional con la pareja.

 

– Desgaste de la comunicación, pudiendo aparecer quejas, ofensas, conflictos.

 

– Valoración negativa de las cualidades físicas y psicológicas del amante.

 

– Intolerancia ante los errores irrelevantes de la pareja.

 

– Evitación del tiempo para compartir con la pareja.

 

– Rechazo sexual que se expresa en la falta de iniciativa o cooperación, reducción del deseo erótico llegando incluso a la disfunción eréctil, a la anorgasmia o a los “dolores de cabeza”.

 

– Las manifestaciones de amor son remplazadas por expresiones de aburrimiento, ansiedad, depresión, indiferencia o tristeza.

 

– Omisión del atractivo personal para agradar al otro.

 

– Infidelidad fantaseada o actuada.

 

Por supuesto, no siempre la ausencia de expresiones de cariño indica que falta el amor, pues en algunos casos, el estrés, la tristeza patológica, la existencia de alguna afectación emocional o la presencia de algún evento particular conducen a la omisión de las muestras de cariño sin que esto signifique necesariamente que está iniciando el proceso de desenamoramiento.

 

El desenamoramiento es un proceso que no siempre transcurre de manera lineal pero es importante conocer sus síntomas a tiempo en aras de revertir el proceso o no hacerlo más doloroso para ambos miembros de la pareja.

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